LA INDUSTRIA TEXTIL Y LA MODA : Algo más que un negocio
1. ANÁLISIS BREVE DEL SECTOR TEXTIL ESPAÑOL
El sector de la industria textil española ha evolucionado en la manera de producir y comercializar sus productos, especialmente a lo largo del siglo XX, hasta llegar a la actualidad, cosechando grandes volúmenes de producción y altas tasas de empleo, propiciando así, la aparición de grandes firmas. En los primeros años del siglo XXI, la economía española se encontraba en pleno desarrollo, lo cual vio reflejado en mínimos históricos de desempleo (7,9% en mayo de 2007) y en las altas tasas de oferta y demanda, según Eurostat. Debido a esta situación de bonanza económica, la demanda de productos textiles experimentó un gran incremento que condujo a una fuerte expansión del sector, por la facilidad de obtención de crédito bancario, entre otras causas. No obstante, a partir de 2007, con el inicio de la crisis económica, el sector textil comenzó su declive. Por ello, en este apartado nos dispondremos a reflejar la situación económica del sector textil español de las últimas dos décadas, a través, de la evolución de la balanza comercial general y textil, española, o la transformación del número de empresas y empleados entre otros.
Tras hablar de la balanza comercial española en el sector textil, es interesante presentar los países a los que más se exporta e importa. Observamos en que España exporta predominantemente a tres partes del mundo. En el primero grupo estarían algunos de los estados de la Unión Europea, debido a la libre circulación de mercancías gracias a que España se encuentra dentro del espacio Schengen, donde la mayoría de los países europeos se hallan, estableciéndose una supresión de los controles de sus fronteras. Las otras dos partes que forman el comercio exterior del sector textil español, son los “gigantes” Estados Unidos y China, cuyo ritmo de consumo es tremendamente alto, convirtiéndose en un gran mercado y oportunidad para el sector. En cuanto a las importaciones, si lo juntáramos por continentes, no es de extrañar que nos encontremos a países asiáticos como origen principal de las importaciones, por su mano de obra y construcción de infraestructuras baratas, así como una legislación débil en pro de los empleados y el trabajo digno. El otro grupo de países serían los europeos cuya razón de importación es la del aumento de calidad y confección, propia de otro grupo de consumidores, además de que desde hace ya un tiempo se recomienda, no solo en el sector textil, no dejar todas las importaciones en manos de los países asiáticos, siendo mejor poder diversificar. Por otro lado, el otro país que nos encontramos es Marruecos, donde gracias a la proximidad con España y a que la mano de obra es igualmente más barata que la nacional, hace que sea un país atractivo para ser importador.
LA MODA, ALGO MÁS QUE UN NEGOCIO.
Thorstein Veblen: derroche y emulación
En torno a finales del siglo XIX y principios del XX, algunos filósofos y sociólogos iniciaron el desarrollo de teorías sobre el fenómeno de la moda. Thorstein Veblen, que en 1989 publicó Teoría de la clase ociosa, sobre los mecanismos que llevan a una clase social a adueñarse del ocio y empezar un consumo exacerbado. Para nuestro autor, además, la moda práctica carece de sentido alguno puesto que el fin de las tendencias es la ostentación. Esta suntuosidad no es ni aleatoria ni carece de sentido, puesto que sigue la corriente de la moda: "Esta necesidad espiritual del vestido no es totalmente, ni siquiera principalmente, una ingenua propensión a hacer exhibiciones de gasto. 13 La ley del derroche ostensible guía el consumo de prendas de vestir—así como de otras cosas—al configurar los cánones del gusto y el decoro. En la mayoría de los casos, el motivo consciente del portador o comprador de atavíos ostensiblemente costosos es la necesidad de ajustarse al uso establecido y de vivir con arreglo a los niveles acreditados de gasto y prestigio. No es sólo que deba uno guiarse por lo que se considera la vestimenta adecuada para evitarse la mortificación que resulta de los comentarios y observaciones desfavorables, aunque ese motivo cuenta ya mucho por sí mismo; es que, además, la exigencia del costo elevado está tan profundamente arraigada en nuestros hábitos mentales en materia de vestido que cualquier cosa que no sea un atavío caro nos resulta instintivamente odiosa. Sin reflexión ni análisis, sentimos que lo que no es caro es indigno. 'Un traje barato hace a un hombre barato'. Se reconoce que la máxima 'barato y asqueroso' sigue siendo verdadera cuando se aplica al vestido, todavía con menos atenuaciones que en otras líneas de consumo." (Veblen, 2000, pp. 179-80). Veblen nos trata de explicar que el desembolso elevado es trascendental a la hora de poder ajustarse, a las exigencias de reputación demandada por la sociedad. Aparte del deseo de ostentar, si el individuo es capaz de mostrar que el dinero no es un problema y que no necesita del uso de un trabajo para poder gastarlo, el mérito e interés social será aún mayor. Tal y como hemos expuesto anteriormente, según Veblen, la moda se transmitía desde las clases sociales más altas a las más bajas. Manifestaba que aquellos individuos que imitan una tendencia tienden a identificarse con un grupo, y por tanto, a diferenciarse del resto. A este modelo se le denomina como tickle-down. Dicho fenómeno demuestra al mismo tiempo que la moda no encuentra dificultad para implantarse en los individuos y que, además, estos no muestran oposición a ello. Por tanto, para estos autores la moda se considera un fenómeno negativo que destruye la forma de vestir tradicional del pueblo y les obliga a someterles al mercado y la sociedad de consumo.
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